¿El desarrollo infantil se modifica por los cambios culturales? ¿Qué desafíos enfrenta la crianza en la época actual? ¿Cómo adecuar nuestras intervenciones a las nuevas infancias, manteniendo la posición y responsabilidad adultas? 

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Acompañar y potenciar el desarrollo infantil ha sido siempre un desafío para la sociedad adulta. Saber qué tipo de intervenciones son las más convenientes y además de implementarlas de forma adecuada constituyen interrogantes centrales en la crianza. Pero, ¿cómo definimos lo conveniente y adecuado para el desarrollo infantil? ¿Las respuestas provienen de la ciencia o están determinadas socialmente?

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¿Cómo generar, entonces, entornos de crianza enriquecedores? Tarea compleja pero que se concreta en acciones cotidianas: el juego, la conversación, la mirada, la salud, el cuerpo, las pantallas, el arte, la escucha, el interés, el respeto. Entornos de crianza que involucran considerar la diversidad social, los cambios culturales, el rol de la tecnología, los modos de comunicación e interacción e incluso los nuevos desafíos ambientales.

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Hoy contamos con herramientas que nos permiten enriquecer los contextos de  crianza para acompañar y enriquecer el desarrollo infantil. No solo en su valor formativo para el futuro, sino también en términos de derechos humanos, en relación con las experiencias que proponemos para transitar y habitar la infancia como etapa vital.​