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Actualizado: 5 abr 2021

Magalí Bruzzone nos cuenta cómo los contenidos trabajados en el Curso de Posgrado

La vida del bebé permitieron enriquecer su práctica profesional en un Centro de Primera Infancia.


Para Silvia Español, Doctora en Psicología y Directora del Curso de Posgrado La vida del bebé, "Capacitarnos con nuevas ideas, nuevas experiencias, y transformarlas en herramientas prácticas autogestionadas puede ser una buena decisión para afrontar mejor los desafíos de este presente tan dinámico y prepararnos para el futuro."


Hoy nos presenta la experiencia de Magalí Bruzzone, egresada del Curso de Posgrado, donde nos cuenta cómo se modificó su práctica al atravesar el curso.



¿Cuál es tu profesión?


Soy Educadora en Primera Infancia en un centro educativo de Uruguay donde concurren bebés de entre 3 y 18 meses. Con mi dupla llevamos adelante la propuesta diaria para los niños y niñas, planificando de acuerdo a su etapa madurativa y a sus intereses.


¿Cómo impactó el curso La vida del bebé en tu práctica profesional?


Fue muy enriquecedor. La clase 10 y 11 no pudieron llegar para mí en mejor momento, ya que coincidió con el retorno progresivo a la presencialidad en el Centro educativo donde trabajo. Con las edades de los bebés que concurren a la sala, el hecho de estar más de 2 meses sin tener actividad allí, sin verse entre ellos y sin vernos a nosotras educadoras, significaba si o si un nuevo comienzo, o casi, gracias a lo realizado antes de la emergencia sanitaria y el sostenimiento del vínculo virtual, dentro de sus muchas limitaciones y mis resistencias (ante edades tan tempranas para la exposición a pantallas).


Ante este nuevo inicio, con características muy particulares y con una frecuencia semanal en principio, y luego de 2 veces por semana, me propuse llevar a la práctica una planificación que tuviera este entre-bebes como centro, el encuentro interpersonal con pares.


¿Qué ideas o conceptos teóricos trabajados en el curso te resultaron novedosas?


Todo el curso me resultó muy enriquecedor para mi práctica profesional, pero si tuviera que destacar un concepto en el que no había hecho tanto hincapié es en el “entre-bebes” y sobre todo en el cómo abordar esto con los mapadres dentro de la planificación, que están muy presentes dentro de la sala (al menos en la propuesta que llevamos adelante en mi centro).


¿Qué herramientas concretas pudiste llevar a la práctica?


Pude reconfigurar mi concepción de lo que la familia esperaba de mí en los momentos de iniciación, estableciendo una planificación que permitiera transmitir los fundamentos de la propuesta educativa que busco llevar a mi práctica, incluyendo la habilitación del entrebebes desde el vamos, junto a los ejes de la observación y participación no directiva, desde la seguridad adulta y el acompañamiento afectivo, con la mirada y la presencia atenta y la preparación consciente de espacios.


Identifiqué que agradecen la explicitación de esto, y se animan a ejercitarlo en el marco de la sala, cada uno a su forma y ritmo, aportando además nuevas ideas y reflexiones. De este modo propuse habilitar desde los primeros momentos la interacción entrebebes, pata fundamental de una propuesta de sala de bebés (junto a otras, como los espacios que posibiliten el desarrollo autónomo del bebe desde el respeto de sus ritmos y de su cuerpo, la posibilidad de experiencias ricas con el mundo, el derecho a vínculos de calidad más allá de sus referentes familiares que sean adultos disponibles física y afectivamente, momentos de cuidado- educativos de calidad, anticipados y explicitados en la manipulación de su cuerpo, valorados y sensibles, etc) ya que se encontrarán allí a lo largo de todo el año, transitando juntes su primer año de vida, clave en el desarrollo de cada une y de su desarrollo social principalmente.


Actualmente, continúo desarrollando esta propuesta y siendo partícipe de los momentos de interacción que se despliegan en el entrebebes a partir de la misma, abriendo nuevas posibilidades de proposición de espacios, formas de acompañarla, temáticas en relación a ella (profundizando teóricamente como profesional y junto a los mapadres), así como el enriquecimiento del intercambio con les referentes familiares que tiene infinitas posibilidades (volviéndose una especie de apoyo en la crianza).



Sobre la participante


Magalí Bruzzone es Educadora en Primera Infancia, tiene 30 años y vive Uruguay. El trabajo final que desarrolló en el marco del curso de posgrado La vida del bebé se llama "Pensando él entre-bebés desde el periodo de iniciación".


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